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​FARO DE LA BANYA PORT DE TARRAGONA

 

 

HISTORIA

El puerto natural de los Alfaques comprende toda la zona sur del Delta del Ebro, en el límite meridional de la provincia de Tarragona, y está protegido por la parte del mar por una larga lengua arenosa denominada "Playa del Trabucador" que da inicio a la península de los Alfaques en la que se encuentran, como lugares más destacados, la Punta de la Baña y la Punta Corballera. Utilizado desde antaño para el intercambio de mercancías y abastecimiento de la zona de San Carlos de la Rápita y como refugio de embarcaciones a los temporales, planteaba, como mayor inconveniente para accederlo, la dificultad que representaba reconocer los bajos arenales en contraste con las montañas del fondo. Por esta razón, incluso de día, eran numerosos los embarrancamientos y naufragios que ocurrían lo que determinó que esta zona fuera uno de los puntos más necesitados de señalización y de alumbrado y, por tanto, su inclusión en el Primer Plan de Alumbrado Marítimo de España aprobado por Real Decreto de 13 de setiembre de 1847. En el mismo se establecía la construcción de tres faros de distinto orden e importancia, a situar en la isla de Buda, en la Punta de la Baña y en la Punta del Fangal como puntos geográficos más representativos para delimitar los terrenos del delta.

Atendiendo a esta importancia, el ingeniero Ángel Camón presenta, el 3 de octubre de 1859 y bajo el título "Descripción de un modelo de faro de hierro para las puntas de la Baña en los Alfaques y del Fangar", un primer proyecto que situaría una torre de hierro en el Delta del Ebro.

Al igual que los definitivos que más tarde realizaría Lucio del Valle, utiliza para las fundaciones el principio de roscas inventado por el inglés Alexander Mitchell "....cuya enorme resistencia por blando que sea el terreno basta para constituir un sólido cimiento..." basando su diseño en un soporte constituido por 8 pilotes de hierro forjado colocados en los ángulos de un octógono regular, unidos entre sí por tirantes y reforzados por uno central unido también a los del perímetro. El conjunto soportaba un pequeño edificio octogonal con siete huecos interiores de forma triangular de muy escasa habitabilidad destinados a albergar la entrada, cocina, dormitorios para dos torreros, almacén y cuarto de combustible, despensa y sala. En el centro se alzaba una torre cilíndrica. Exteriormente una galería de 0,80 m de ancho protegida por un balaustre de hierro lo circundaba. Estaba previsto para situarlo dentro del agua, a una profundidad media de 3 m y con el plano focal situado a 12,70 m por encima de la superficie del agua. Lo pilotes se hincaban 6 m contados desde el fondo marino.

Aunque como se dice al relatar la historia del Faro de Cabo Tortosa, las propuesta de torres de hierro de Ángel Camón no fueron aceptadas, sirvieron como base a una Real Orden de 9 de enero de 1860, por la que se encargó al inspector Lucio del Valle, comisionado por aquél entonces en la ciudad de Londres, la confección de los proyectos definitivos para los faros de Buda, La Baña y el Fangal. En la Real Orden se facultó a Lucio del Valle a solicitar precios a los fabricantes de aquél país y a admitir propuestas de forma definitiva.

El Faro de la Baña fue el segundo en importancia dentro de los tres faros de hierro previstos para el Delta del Ebro. Al presentarlo, Lucio del Valle, su arquitecto, destaca en la memoria "la conveniencia de desechar las obras de fábrica, reemplazándola en todas las partes del edificio con piezas de hierro hábilmente dispuestas, de manera que pueda deshacerse con facilidad la torre y colocarla inmediatamente en otro punto" previsión que se verá cumplida casi 120 años después. Para construirlo redacta dos proyectos diferentes: en el primero de ellos sitúa la casa de los torreros a una corta altura del suelo, suficiente nada más para permitir la pintura y mantenimiento de las piezas de hierro. La fundación la divide en dos partes: nueve pilotes sobre un cuadrado central sobre los que establece una fuerte plataforma sobre la que descansa la torre y otros doce de menor diámetro repartidos alrededor del cuadrado exterior como soporte de las paredes del edificio.

La torre sería de duelas de hierro fundido con rebordes interiores en sus cuatro lados para unirlas convenientemente a juntas encontradas en el sentido vertical, y según círculos paralelos a la base en sentido horizontal. Las viviendas, de planta cuadrada, distribuían dos habitaciones independientes para los torreros, almacén y gabinete del ingeniero.  Para el segundo, levanta más la casa, disminuyendo la longitud del tubo de la escalera y haciendo éste de palastro, en vez del hierro fundido. 

Los cálculos de peso y coste de ambos a punto de embarque en el puerto de Gloucester fueron los siguientes:

Proyecto nº. 1: 68,50 toneladas; 1.541 libras con 5 chelines.

Proyecto nº. 2: 46,70 toneladas; 1.053 libras.

PROCESO

Lo que dio una diferencia favorable al segundo de 488 libras 5 chelines, que es el que se escoge

Se levantó en la Punta de la Baña, sobre una playa rasa y saliente hacia el S y unas 3 millas al SE de la boca del puerto de los Alfaques. La altura sobre el terreno era de 18,70 m y sólo 0,30 m más sobre el mar. La torre era de hierro, ligeramente cónica, pintada de color amarillento, con linterna poligonal y cúpula de color natural del cobre. Ocupaba el centro de la habitación de los torreos que era de planta hexagonal con dos puertas en le lado del mar y una ventana en cada uno de los restantes.  Los materiales empleados en su construcción fueron el hierro forjado inglés de superior calidad para los pilotes, armaduras, viguetas y demás elementos metálicos, y fundido, de la misma procedencia, para aquellas piezas que lo necesitasen. Chapa galvanizada de hierro para el exterior de las viviendas; el interior y el entarimado de madera de pino bien curado, con un ancho máximo de 7 pulgadas en las paredes y 9 en las del suelo.

La distribución interior era de tableros reforzados con zócalo cornisa y faja intermedia. Los tabiques de las cocinas de chapa de hierro ondulada para evitar los incendios.  Estaba prohibida la utilización de clavos. La sujeción se hizo exclusivamente con tornillos.  Las vidrieras de las ventanas y puerta de entrada eran del tipo inglés, con contraventanas de madera.  Su óptica construida en 1861 era de la casa inglesa Chance Brothers, de tercer orden y tres zonas que proporcionaron a la luz blanca fija un alcance de 13 millas. Junto con la linterna costó 30.166 reales.  La fabricación del edificio y la torre, que pesaron 48,80 toneladas, fueron adjudicados al inglés Mr Henderson Porter, de Birminghan, en 101.088 reales como constructor de los Faros de Buda y el Fangal, condición incluida como premio a quién realizase la mejor oferta para el primero.

Se encendió por vez primera el 1 de noviembre de 1864 con una luz proporcionada por una lámpara de aceite de oliva atendida por dos torreros.  En 1883 ya contaba con una lámpara Maris de dos mechas y, algunos años después, con una instalación de gas acetileno. El gas se fabricaba allí mismo por medio de un gasómetro de carburo de calcio. Este sistema se sustituyó en 1929 por una instalación automática Dalen que también funcionaba con gas acetileno almacenado en tres acumuladores de la casa sueca AGA tipo AK-25. Estaba provista de un quemador de 25 litros con sistema de cambio automático de capillos y una válvula solar para apagar el faro durante el día. Daba una apariencia de grupos de tres ocultaciones de luz blanca cada 15 segundos y era visible a una distancia de 12 millas.  El emplazamiento marca el comienzo de una pequeña península arenosa, unida al delta por una estrecha lengua de arena que frecuentemente se corta con los temporales. El abastecimiento se hacía por mar si el tiempo lo permitía o por tierra y a pie en caso contrario, siempre que el paso no estuviera cubierto por las aguas. El camino de acceso se acababa en la punta del Clot, lo que obligaba a salvar un trayecto por la playa de 10 kms. 
Las viviendas eran reducidísimas. No tenían más que una habitación y cocina, y carecían incluso de aljibe de agua potable, haciendo extremadamente difícil la vida de sus torreros y familias. En 1913 se construyeron dos casetas: una para almacén de combustible y otra para pabellón de inspección.  Por sus penosas condiciones de vida, el 18 de julio de 1943 se suprimió el personal que lo atendía. A partir de entonces el servicio quedó agregado al Faro de San Carlos de la Rápita.  Nuevas exigencias de alcance evidencian su insuficiencia. El 1 de noviembre de 1978 se apaga para dar paso a una nueva torre de hormigón normalizada de 23,7 m de altura y 3 m de diámetro en la que se colocó la primitiva óptica del faro de hierro y el mismo sistema luminoso que ya tenía (ver su historia). Aprovechando las obras, se demolieron los restos de la vivienda de inspección y el almacén, cerrándose la parcela que ocupaba con un vallado de celosía.

Abandonado desde entonces, comienza un paulatino deterioro sin que nadie se ocupe de mantenerlo. Del resultado de un informe como resultado de una visita de inspección realizado en 1980 por el técnico Miguel Ángel Sánchez Terry en el que pone de relieve su mal estado y la conveniencia de rescatarlo por su importancia histórica, se despierta el interés del Servicio de Señales Marítimas. A un primer intento del ingeniero José Hernando Requejo de dicho Servicio por llevárselo a Madrid, le responde una iniciativa del entonces director del puerto de Tarragona Joaquín Juan Dalac quién, el 22 de marzo de 1983, remite un oficio al presidente de la Junta de dicho puerto solicitando la recuperación del antiguo y abandonado faro de hierro situado en la punta de la Baña, en la península de los Alfaques (Delta del Ebro), con objeto de en rehabilitado e instalarlo en el dique de abrigo. El importe de los trabajos se llevaría cabo aprovechando las obras de construcción del nuevo dique del rompeolas y dispuesto en el Real Decreto dos y ocho 32/197 y 8 de 27 de octubre, que, en su artículo primero, disponía, que en el presupuesto de toda obra pública financiada por el Estado, debería figurar una partida equivalente al 1% de aquel, con destino a realizar trabajos artísticos, decoración, adorno o embellecimiento, o a conseguir la plena integración de la misma en su entorno natural. Asimismo rogaban los trámites necesarios para lograr la cesión del Faro.

ESTUDIO

Seis días más tarde se aprobaba el asunto y un mes después, el Director General de Puertos daba la autorización, poniéndose en marcha la confección del oportuno estudio, al tiempo que se recababa toda la información histórica necesaria.  Dado los problemas de responsabilidad de una tarea tan delicada se decide hacerlo por administración y es el propio Director de el Puerto el que efectúa un primer proyecto por importe de 16.116.349 pesetas. 
Desde el punto de vista técnico los trabajos tenían tres partes diferenciadas: el de desmontaje de su ubicación original con traslado de materiales al puerto de Tarragona, la rehabilitación de las piezas y montaje de las mismas en el sitio elegido.  La primera de las fases se adjudica a la empresa INTEMA SA, de Barcelona, por un importe de 6.857.625 pesetas que la termina el 2 de octubre del año siguiente. Los trabajos de "Reparación y adecuación de las piezas y elementos constitutivos del Faro de la Baña previos a su montaje", presupuestados en 9.150.120 pesetas se encargan a MECSA de Tarragona, el14 de diciembre de 1984, con el siguiente detalle de piezas a reparar y a construir de nuevo. Piezas a reparar:

Pilotes de apoyo laterales y central. 

Tirantes para arriostrado de pilotes. 

Crucetas de arriostrado lateral entre pilotes. 

Jácenas de alma llena, de apoyo casa de torreros y torre cilíndrica. 

Vigas de celosía de unión entre pilotes. 

Tirantes en forma de T para fijación de chapas de la pirámide truncada. 

Chapas rectangulares de unión base piramidal truncada y chapas trapezoidales que forman las seis caras. 

Pilares de la casa de los torreros. 

Angulares de arriostrado techado. 

Torre cilíndrica de acceso a luminaria. 

Barandilla balcón casa de torreros. 

Puertas del interior casa de torreros. 

Barandilla balcón luminaria.

Tabiques de madera machihembrada, del interior casa de torreros. 

Techado del interior casa de torrero. 

Mientras, debido a su mal estado, era preciso construir de nuevo 21 conceptos más entre los que figuraban 200 m2 de chapa ondulada galvanizada, parte de las caras de la pirámide truncada, 6 vigas de alma llena para el arriostrado intermedio de los pilotes, 34 metros de canal vierteaguas, 60 vigas de madera, 21 ménsulas de soporte de balcones, caseta de torreros y luminaria, etc.

La escalera, del acceso original de la que no se poseía ningún detalle no estaba incluida en el importe.  Agotado prácticamente el presupuesto inicial, se hace precisa una nueva evaluación para adaptarlo a la situación. Bajo el título "Proyecto Modificado de la Instalación en el Puerto de Tarragona del antiguo Faro de la Baña", se aprueba un gasto adicional de 3.110.504 pesetas con el que se terminan las tareas pendientes.  El Faro ya es símbolo del puerto. En un primer momento se piensa en darles utilidad funcional, como recinto singular de reuniones y de visitas especiales, por lo que queda el remate del entorno. En el Pleno de la Junta celebrada el día 11 de julio de 1988 se acuerda solicitar la aprobación para ejecutar obras complementarias, tales como su iluminación monumental, urbanización exterior, climatización, instalación de pararrayos, iluminación interior y exterior y escalera, con un presupuesto aproximado de 8.500.000 pesetas que también ve vía libre. Además se encargan unos carteles que lo reproducen con el título: "Un gran esfuerzo, un gran futuro" editándose en ese año de 1990 en el que se cumple el centenario del puerto moderno, un matasellos especial que recoge el diseño del póster. Finalizadas las obras, una resolución de la Dirección General de Puertos y Costas de fecha 22 de noviembre de 1988, de conformidad al dictamen emitido por la Comisión Permanente de Faros, dispondría que: "Teniendo en cuenta razones de tipo histórico y monumental y a propuesta de la Junta del Puerto de Tarragona se mantenga en servicio con las siguientes características:

Situación: En el extremo de la séptima alineación del dique de Levante. 

Color: Blanco.

Ritmo: Ocultaciones aisladas. 

Alcance nominal: 10 millas náuticas.

Con estas prescripciones, provisto de una lámpara halógena de el 1.000 w, óptica acrílica ML-300, cambiador y destellador electrónico FLAG 2AS de la casa Tideland y un grupo electrógeno Electra Molins de reserva, fue encendido de nuevo en la noche del 13 al 14 de agosto de 1990, sustituyendo al faro del Muelle de Aragón que en esa misma fecha se apagó. Su luz resultaba inútil porque había quedado muy retrasado por las continuas obras de ampliación del puerto. No obstante, el día 17 del mismo mes sufre una importante avería en su instalación que le deja apagado hasta el 4 de marzo de 1991. Posteriormente, el 13 de agosto de 1992, se procede a colocar la óptica de cristal tallado y pulido de 500 mm. de diámetro del Faro del Muelle de Aragón para sustituir la acrílica que se había quemado por fallo del ventilador de refrigeración. Un nuevo cambio en el equipamiento técnico tuvo lugar el 27 de julio de 1996, fecha en que se sustituyó el destellador por otro MD-03 de la Maquinista Valenciana.  Para dar un fin práctico al faro en 1992 se adjudicó en concesión el edificio para emplearlo como restaurante. Complementariamente se construyó una caseta aneja para bar y varios espacios protegidos por toldos con mesas y sillas. De esta forma, el que ya era símbolo del Puerto, paso a ser un importante punto de atracción turística, sobre todo las noches de verano. Las obras de ampliación del Muelle de Aragón que comenzaron en el año 1996 le cortaron el acceso y se caducó la concesión. Actualmente y hasta tanto no concluyan no tiene utilidad. 

 

Galería de imágenes antiguas del Faro de la Banya