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Kilòmetre 0

El Km 0 se ha convertido en un punto de encuentro para familias, deportistas y toda aquella persona que desee pasear por el litoral tarraconense.

En los últimos años, este lugar emblemático de la ciudad ha sufrido grandes cambios: se amplió la distancia hasta llegar a un segundo faro, se habilitó una segunda fuente y, el Km 0 se ha convertido en un espacio sólo para peatones.

 

 

 

Integración Puerto y Ciudad

 

Con la finalización de las obras de mejora en el dique de Levante, el Port ha conseguido una reordenación de la zona pública del Dique de Levante, concretamente desde la primera rotonda que se encuentra en el dique hasta el faro de la Banya, para adaptarla a las nuevas necesidades y usos deportivos.

El objetivo de esta reordenación es dotar al dique de Levante de los espacios necesarios para que se realicen actividades deportivas de forma segura y agradable, además de regenerar estructuralmente el vial.

El año  2015 se ejecutó la remodelación del Dique de Levante para convertirlo en un tramo de Km 0 para la ciudadanía con un carril bici, de patinadores y de peatones.
La ciudadanía ha convertido los 4.75 metros del Km 0 en una variada gama de disciplinas deportivas

 

PUNTOS DE SEÑALIZACIÓN CADA 250 METROS
CARRILES DIFERENCIADOS PARA CICLISTAS, PATINADORES Y CORREDORES
ÁREA DE DESCANSO CON FUENTE Y TELÉFONO DE EMERGENCIAS    

ÁREA RESTRINGIDA PARA EL PASO DE VEHÍCULOS PARA GARANTIZAR LA SEGURIDAD DE LAS PERSONAS DEPORTISTAS
* Al final del paseo hay un servicio público adaptado para personas con movilidad reducida.

Historia. El dique de Levante, la Rambla del Puerto

 

Hace más de 200 años, la sociedad tarraconense, aprovechando una época de bonanza económica, hizo una apuesta decidida para restablecer la actividad portuaria iniciando la construcción del que tenía que ser el puerto moderno.

Los proyectos de Juan Ruiz de Apodaca y de Joan Smith aprovecharon los restos romanos y medievales que existían y establecieron las bases del puerto actual, partiendo de un eje principal: el dique de Levante.

El material se transportaba hasta el muelle con carros estirados por bueyes y mulas; las grandes piedras, eran movidas por el “burro”, plataforma de madera que se movía resbalando sobre rodillos. Años más tarde, se utilizó el tranvía que desde la cantera transportaba los grandes bloques hasta el muelle pasando por la plaza de los Carros.

El dique de Levante, principal construcción de abrigo y de protección del Port de Tarragona se fue construyendo, piedra tras piedra, extraída de la cantera de Pons d'Icart con la fuerza de los presidiarios reclutados en la ciudad

En el siglo XIX destaca el trabajo dado por el ingeniero Saturnino Bellido, artífice de la construcción del Moll de Costa, y también de la prolongación del dique de Levante que en 1849 tenía ya 1.064 metros de longitud.

A inicios del siglo XX, la maquinaria se fue imponiendo como medio de carga y descarga de mercancías, pero también para la construcción; así, la grúa Titán con capacidad de hasta 20 toneladas se instaló en el dique de Levante para sus obras de prolongación hasta el año 1918.

 

En esta magnífica obra que se adentra al mar, dando protección y cobijo a los muelles interiores y a los barcos anclados al puerto, se ubicaba un faro en el extremo para indicar a los barcos la entrada a la dársena.

En los primeros años, esta construcción era de madera y se podía trasladar según las necesidades de crecimiento de la obra; más tarde, ya en el siglo XX, se construyó uno de obra que actualmente está como testigo en medio del muelle de Aragón.

En los años ochenta se trasladó desde la Punta de la Banya en el Delta del Ebro, en Tarragona, el faro de hierro construido entre 1861 y 1864, donde fue restaurado, convirtiéndose en un punto de referencia dentro del puerto.

La última ampliación del dique de Levante finalizó en 2007 consiguiendo los 4.850 metros de longitud actuales que han permitido no sólo el crecimiento de la infraestructura portuaria por aquella parte, con la proyección de nuevos espacios terrestres, sino también que se haya convertido para los tarraconenses en un espacio urbano donde poder hacer diversas actividades: desde un paseo tranquilo para contemplar la actividad portuaria, a una ruta cultural con diferentes puntos de interés: la torre del reloj del Puerto, el punto geodésico, el faro del muelle de Aragón y el faro de la Banya; un circuito en bicicleta por el carril habilitado, patinaje, running o incluso submarinismo.
La última ampliación se ha transformado  para los y las tarraconenses en un espacio urbano donde poder hacer diversas actividades

​Galería fotográfica